Entrevista a Álvaro van den Brule Arandia, fundador de Ajedrez sin Fronteras-Chess without Borders.
¿Qué te aporta como persona el proyecto de Ajedrez sin Fronteras?
La satisfacción de ayudar a gentes desfavorecidas o desheredadas con lo que somos, como personas, aplicando una filosofía de humanidad y, al mismo tiempo, con los recursos que conlleva el ajedrez, recursos que les permite evadirse de un atroz vacío, porque lo que hay en los campamentos de refugiados es la nada, la nada hecha materia, aunque parezca una paradoja.
Durante catorce horas diarias, a una multitud de hombres y mujeres, solo les queda pasearse con las manos atrás en una rutina muy dura; y eso, día tras día, mes tras mes, año tras año.
Honestamente, creo que la enseñanza del ajedrez como vehículo de abstracción y diversión, las titulaciones que les damos a los alumnos de nuestros cursos para que les sirvan en un futuro en el campo de la enseñanza transversal, y la creación de talleres para fabricar ajedreces de artesanía con elementos reciclables orientados a empoderar a un público femenino, abren en mi opinión, una puerta de esperanza a gentes que lo han perdido todo.
El contacto continuo con otras culturas y personas de lugares castigados por la desgracia, ¿de qué manera te cambia?
Obviamente, hemos venido a esta vida a existir y a ser, y de paso a aprender como una consecuencia adaptativa. La observación humilde del otro y sus circunstancias nos indica cómo mejorarnos y a mejorar, sintonizando con el conjunto de la condición humana; y para ser mejores individuos y ciudadanos del mundo, hemos de empatizar con todos aquellos que sufren, que no son pocos.
La observación humilde del otro y sus circunstancias nos indica cómo mejorarnos y a mejorar, sintonizando con el conjunto de la condición humana
¿Cuál es el juego de ajedrez —tablero, piezas— que más te ha llamado la atención, por sus materiales o por su originalidad?
En el ámbito de la imaginación, los africanos ganan por goleada. He visto ajedreces hechos con chapas de botellas y símbolos dibujados a lápiz y coloreados que dejarían a Matisse o a Klimt sorprendidos.
En el terreno de la producción industrial, a mí particularmente me gustan los ajedreces hechos en India, pero no los recargados sino los confeccionados con sencillez, creo en mi opinión que son los mejores. Los chinos también tienen su mérito porque han conseguido hacer buenos productos a precios muy asequibles, y ello ha contribuido mucho a la difusión del ajedrez.
De todas las escuelas que habéis abierto, ¿cuál ha sido la más difícil de montar?
Sin duda alguna, la de Lhasa en el Tíbet. Fue un enorme logro la apertura de esta escuela pues el reto era monumental. Las condiciones de la población tibetana son muy duras y la obtención de permisos tropezaba con obstáculos insuperables; al final, se abrió la escuela de forma clandestina y hoy tiene cerca de 120 alumnos.
Ajedrez sin Fronteras ha abierto escuelas en orfanatos, cárceles, campos de refugiados. También habéis trabajado con personas con síndrome de Down y con ciegos. ¿Qué beneficios habéis observado que puede aportar el ajedrez en ambientes marginales?
Respondiendo a la primer parte de la pregunta, en efecto, hemos tocado todas las teclas posibles y somos conscientes de lo mucho que nos queda pendiente. En el caso del ajedrez aplicado y adecuado convenientemente con ligeras adaptaciones para alumnos con Síndrome de Down, la Fundación Gotze radicada en Aravaca (Madrid), nos abrió sus puertas durante los años 2016-2017, para desarrollar una prueba piloto que concluyó satisfactoriamente con un grupo de una veintena de alumnos muy comprometidos, y con excelentes resultados.
En otro orden, varias de nuestras actuaciones en campamentos de refugiados sobre gentes con invidencia sobrevenida a causa de los horrores de la guerra, los hemos resuelto a base de oficio y con la ayuda inestimable de la ONCE, que nos ha procurado un material de última generación. Gracias a esta institución, hoy podemos decir que centenares de invidentes juegan al ajedrez con tableros y piezas adaptadas, pudiendo conjurar en parte las limitaciones producidas por las mutilaciones de armas que deberían estar desterradas de los arsenales por características que trascienden lo inhumano.
¿Qué criterios se siguen para abrir una escuela en cualquier parte del mundo? ¿Cómo elegís el lugar para abrir una nueva escuela?
Elegimos en base a dos condiciones. Una, es el estudio financiero de los proyectos, pues nos demandan intervenciones desde muchos lugares del mundo, pero nuestros recursos son muy limitados y es muy difícil encontrar patrocinadores que se mojen. La otra, es la de encontrar candidatos a viajar a según qué sitios, pues los lugares que visitamos no son exactamente muy idílicos, y en algunas ocasiones actuamos en zonas de conflicto. Luego hay que lidiar con los aspectos administrativos, ese es otro toro.
Nuestros recursos son muy limitados y es muy difícil encontrar patrocinadores que se mojen
¿Cómo se distribuye el presupuesto para abrir una escuela? ¿Cuánto cuesta el viaje, el material, el alojamiento?…
Normalmente, los gastos de logística, transporte y alojamiento, más materiales y pago de bodega en el avión, son la parte del león; y también depende de si hay que alquilar un todoterreno o hacer un viaje en el que tienes que tomar muchos aviones. Por lo general, la apertura de una escuela en una intervención de quince días sobre el terreno, con tres profesores, suele salir a una media de 7.000-8.000 € en conjunto, dinero de bolsillo aparte.
Ajedrez sin Fronteras abre escuelas por todos los rincones del mundo. ¿Por qué no en España, donde más de un 25%de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, según la EAPN?
He leído esa encuesta y la de Cáritas, y es muy dura de asimilar la tragedia que se está viviendo en este país, con el agravante de que no somos realmente conscientes de lo que está ocurriendo y de sus derivadas sociales y de futuro.
Pero volviendo a la pregunta. Nosotros hemos ofrecido nuestros servicios a Instituciones Penitenciarias en varias ocasiones, encontrándonos con obstáculos e imponderables que nos rebasaban, uno de ellos siempre ha sido de carácter presupuestario. Nosotros argumentamos que el ajedrez ofrece mucho y es una disciplina muy económica visto como deporte. Confío en que esta institución entienda en algún momento que dotar a los presos de esta preciosa herramienta mitad arte, mitad ciencia, pueda ayudar a combatir la dureza de una experiencia de estas características. Tenemos programas y protocolos de enseñanza contrastados que pueden mejorar sensiblemente la vida de los presos, pero para impartir una enseñanza continua y de calidad tenemos costes que no podemos asumir nosotros solos. La pelota está en su alero y nosotros a su disposición.
Es muy dura de asimilar la tragedia que se está viviendo en este país, con el agravante de que no somos realmente conscientes de lo que está ocurriendo y de sus derivadas sociales y de futuro.
Mucha gente querría colaborar con Ajedrez sin Fronteras, aunque fuera con una cantidad pequeña de dinero pero, ¿por qué iba a colaborar con vosotros y no con otras organizaciones que llevan comida, medicinas y asistencia urgente?
Nosotros apreciamos en su justa medida lo que las grandes ONGs hacen y es loable, y además puedo dar fe de ello. Afortunadamente, podemos dar gracias de que su existencia permite la supervivencia de millones de personas. En nuestro caso, nosotros también ponemos tiritas y damos de comer, pero a las mentes.
Los lugares que visitáis están golpeados por la tragedia humana en su máxima expresión, por intensidad y también por cantidad. ¿Qué preparación psicológica tiene un profesor de Ajedrez sin Fronteras para enfrentarse con esa situación?
Yo no sé cómo se hace, pero creo que es imposible adaptarse. El hecho de aceptar con resignación e impotencia hechos manifiestamente inhumanos contra gentes muy vulnerables —como es el caso de los civiles en zonas de conflictos desgarradores—, no va con las gentes de Ajedrez sin Fronteras ni con personas que estén en sus cabales; he visto a muchos compañeros y compañeras llorar amargamente ante situaciones inaceptables; pero creo que merece la pena luchar por una humanidad mejor.
¿Qué titulación necesita alguien que quiera colaborar con vosotros en la apertura de una escuela como profesor de ajedrez?
Básicamente que como mínimo tenga la titulación de monitor, o que sea un jugador solvente y hable un inglés aceptable. Además, si no encontramos patrocinador, en muchos viajes nos tenemos que pagar los gastos a escote, con lo que ello supone de asunción del reparto de los gastos.
Además de profesores de ajedrez, ¿qué otros profesionales necesitáis para fundar escuelas y qué preparación requieren?
Muchos compañeros son médicos, ingenieros, jueces o a veces chavales que tienen unos ahorros sencillamente y que son buenos jugadores. No tenemos un perfil concreto de selección, puede venir quien quiera; solo se exige que se funcione con respeto. En ocasiones invitamos y llevamos al filántropo o patrocinador de algún proyecto para que vea lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Puede venir quien quiera; solo se exige que se funcione con respeto.
Pedir dinero para una cosa y gastarlo en otra es muy fácil. ¿Existe en Ajedrez sin Fronteras algún protocolo de transparencia para la trazabilidad del dinero conseguido a través de los donantes?
Bastante tenemos con hacer bien las cuentas para cuadrarlas ante Hacienda. Como gasto excepcional, los días que no hay intervención, nos vamos a hacer excursiones culturales, pero eso sale de nuestros bolsillos. De todas maneras, quien quiera financiar cualquiera de nuestros proyectos, puede acompañarnos y comprobar in situ en qué se invierte el dinero; más transparencia, imposible.